Miradas indiscretas y tiempos muertos
El director argentino Marco Berger explora nuevamente el erotismo y los límites de la tensión sexual en Un Rubio, su último largometraje estrenado en el 24 LesGaiCineMad
En la calle, el metro o incluso en la biblioteca, todos hemos mirado alguna vez a un desconocido y hemos dejado volar nuestra imaginación a escenarios en los que podemos pecar de pensamiento, palabra, obra y comisión sin sentirnos culpables.
Más que en el amor, muchos creen en el placer a primera vista, en la tensión sexual in crescendo que se genera cuando la atracción es mutua y en el juego de miradas y los silencios pudorosos previos al contacto físico. El deseo es real, y al contrario que los sentimientos, no obnubila.
Ahora imagina que el objeto de deseo es tu nuevo compañero de piso y se pasea por casa a diario en ropa interior y a veces como dios lo trajo al mundo, ¿serías capaz de resistir a la tentación? Este es el argumento de la sexta película del director argentino Marco Berger, ambientada en su Buenos Aires natal y protagonizada por el taciturno Gabriel, interpretado por Gastón Re (La Consagración de la Nada, 2013 y Taekwondo, 2016) y por Alfonso Barón (Intuición, 2012 y Los Posibles, 2013) en el papel de Juan.
Gabriel (Gastón Re) y Juan (Alfonso Barón) en una de las escenas de Un Rubio / MB
La historia engancha por su cotidianidad: un padre soltero emigra a la capital en busca de mejores oportunidades laborales y conoce a un local cuya única preocupación es disfrutar de la vida, sin ataduras ni dramas. Gabo y Juan pasan de ser colegas en el taller de madera a compartir casa y a pesar de que la convivencia transcurre con tranquilidad, llega un momento en el que se acaban las excusas, las miradas indiscretas se vuelven descaradas y los tiempos muertos aumentan. Y todos sabemos que cuando las palabras faltan, el lenguaje corporal toma su lugar y se hace escuchar.
Un Rubio es un traje a medida para Gastón Re, confeccionado por el director y el actor tras el rodaje de Taekwondo (2016), debido a que la relación profesional trascendió al plano personal, “empezamos a ir juntos a pelotudear, a jugar al pool en Buenos Aires, después nos fuimos de vacaciones juntos y me hice un grupo de 5”. En este proceso, Berger entabló amistad con Re y aunque era consciente de su gran potencial, ignoraba que estaba encasillado por su físico en papeles de ‘extranjero’ y que no había tenido muchas oportunidades para explorar nuevos registros. Indudablemente, un acierto gracias al cual Re ha ganado el premio a la Mejor Interpretación del festival parisino Chéries-Chéris.
En Taekwondo un grupo de amigos se reúne durante el verano, entre ellos Diego, interpretado por Gastón Re
La masculinidad, el homoerotismo y el descubrimiento de la sexualidad son temas recurrentes en la filmografía de Berger. Empezó a explorarlos en El Reloj (2008), cortometraje con el que compitió en Cannes y Sundance, y en su ópera prima Plan B (2009). Desde entonces, ha perfeccionado la realización reajustando tiempos y anticipándose a la mirada furtiva del espectador al enfocar las partes de la anatomía masculina que desea ver en momentos concretos: cuerpos desnudos, rostros expresivos, torsos definidos, brazos fuertes e incluso “el objeto del deseo atrapado en los calzoncillos” —o fuera de ellos— en primer plano, el famoso ‘Plano Berger’.
La película tiene una gran carga emocional, pero también sensual y sexual. Respecto al tratamiento de las escenas de sexo, Berger afirma sentir que filma lo necesario y subraya “no me da miedo mostrar nada”. De hecho, si no ha filmado pornografía aún es porque no ha hecho ninguna película sobre un taxi boy (prostituto) o sobre un actor porno.
No todos los personajes de Un Rubio se conforman con tardes de birra y puchos entre amigos y con garchar de vez en cuando. Algunos buscan algo estable porque están cansados de los encuentros esporádicos y otros, como Gabriel, siguen confundiendo follar con hacer el amor y desgraciadamente asocian rutina con relación.
Gabriel y los amigos de Juan en una de esas tardes de ‘birra y puchos’ / MB
Un Rubio es una obra audiovisual desenfadada con un contrapunto romántico que fluye lentamente en la frenética Buenos Aires, compuesta por una sucesión de encuentros en los que se dice lo necesario para dejar a los cuerpos iluminados expresarse con total libertad. En definitiva, una película complementaria a Plan B e imprescindible para comprender, visibilizar y normalizar la bisexualidad.
Inesperado reencuentro en Madrid
“Arrancamos en BAFICI (Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires) y a los tres días todo el mundo hablaba de Plan B”, recuerda con admiración el director porteño y confiesa que el éxito inesperado le provocó ataques de pánico y ansiedad. Confiaba mucho en el guion y un distribuidor francés decidió apostar por la película. A los siete meses de estrenar en Buenos Aires, lo hacía en el Festival de Cine de Roma y su primer largometraje competía en la Sección Oficial con After, la cuarta película del director sevillano Alberto Rodríguez y con Up in the air, protagonizada por George Clooney.
Lucas Ferraro y Manuel Vignau en Plan B, el primer largometraje de Berger
Han pasado diez años y sigue contando con ilusión que el prestigioso director checo Miloš Forman —ganador del Óscar a Mejor Director por Alguien voló sobre el nido del cuco en 1975 y Amadeus en 1984—, formaba parte del jurado del festival y quería conocerlo, de acuerdo a Berger: “Plan B era su favorita. ¡Yo no lo podía creer!”. En Madrid ha vuelto a coincidir con uno de los protagonistas de la película, su amigo Lucas Ferraro (Como mariposas en la luz, 2005 y El día que me muera. Mi gran velorio, 2019), que se encuentra en España rodando algunos capítulos de la nueva temporada de la serie Vis a Vis.
Marco Berger y Lucas Ferraro durante la entrevista en la Casa América, Madrid / EMA
Un reencuentro con muchas risas y algunas anécdotas: Berger se divirtió mucho con la incertidumbre de los protagonistas durante el rodaje de su ópera prima porque él era el único que sabía exactamente lo que iba a pasar, esto desconcertó mucho a Manuel Vignau y a Ferraro, quien ha admitido durante la entrevista que no le gustó la película la primera vez que la vió, “creo que necesitaba respirar”, añade.
El director también ha desvelado que el único fragmento audiovisual inspirado específicamente en una vivencia personal es el cortometraje El Primo —incluido en Tensión Sexual, volumen 1: Volátil (2012)—; que diría que no a Netflix si le propusiera crear una serie porque carece de energía para rodar a diario y que Un Rubio retrata detalles de una antigua relación tortuosa, como la escena del cajón: “al volver de viaje, abro el cajón y me encuentro unos preservativos de otra marca. ¿Acaso pensas que soy un idiota y no me voy a dar cuenta? ¡Sos un pelotudo! ¡A mí meteme los cuernos todos los que querás, pero metelos bien! (risas)”.
Es evidente que en Un Rubio hay mucho de Plan B y en Taekwondo algo de Hawaii. El paso del tiempo le ha enseñado a Berger que conservar su esencia es primordial para sobrevivir y dejar huella en una industria cada vez más competitiva. Por este motivo, LesGaiCineMad, el festival más importante de temática LGTB en los países de habla hispana, le ha otorgado el Premio Especial de esta edición en reconocimiento a su trayectoria como “máximo exponente queer del cine argentino”.
Ficha Técnica
Director: Marco Berger
Guion: Marco Berger
Fotografía: Nahuel Berger
Música: Pedro Irusta
Reparto: Gaston Re, Alfonso Barón, Malena Irusta, Ailín Salas, Charly Velasco, Justo Calabria, Antonia De Michelis, Melissa Falter
Productores: Lucas Papa, Marco Berger, Gaston Re
Productora: Wildstar
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