I Origins

Una película del director independiente Mike Cahill donde la ciencia y la religión se unen en un universo único.

I Origins es una película de Mike Cahill, un director que junto a todo el equipo de realización, actores y producción ha conseguido una obra de arte digna de admiración. En este caso, aunque la dirección de fotografía y la realización de la película en general son muy buenas y acorde a todo lo que se cuenta en el film, hay que pararse a analizar lo que a través de esas imágenes se cuenta. Un tema peliagudo y difícil de abordar en nuestros tiempos, pero que el director de esta película ha sabido plasmar de manera impecable.

Mike Cahill consigue que en menos de dos horas se hable sobre muchísimas cosas de forma indirecta, a través de detalles e imágenes que van apareciendo plano a plano.

En definitiva, hay dos formas de ver esta película. Se puede ver una vez, disfrutando de la historia de amor, con los giros pequeños y no tan pequeños que te mantienen entretenido durante todo el film. O por el contrario, ser curioso y querer llegar más lejos, verla una segunda vez y darte cuenta de todo lo que se transmite en cada fotograma.

Si aún no la has visto, tienes la oportunidad de hacerlo antes de que analicemos qué hay detrás de los píxeles.

Si la has visto, pero tienes curiosidad por compartir una mirada diferente, aquí tenemos la oportunidad. ¿Seremos capaces de ver todo lo que esconden las imágenes que componen esta obra de arte contemporánea?

Tendremos que aprender a ver más allá, porque todo está relacionado con saber mirar, no sólo con los ojos, sino con el alma.

(https://focoaloinvisible.wordpress.com/peliculas/i-origins/)

Aquí os dejamos el TRAILER

OPOSICIÓN Y CONVIVENCIA

Desde que somos muy pequeños vemos cómo estamos rodeados por elementos que tienen siempre sus opuestos, y nos enseñan a que una cosa no puede convivir con la otra. Entre estas oposiciones hay una que surge desde hace muchísimos años y que sigue latente. Las creencias.

Tenemos en mente que los científicos son ateos y dedican parte de su vida a demostrar que Dios no existe, a diferencia de los religiosos que creen en un ser superior, de la intervención divina.

Sin embargo, ¿nadie se plantea que ambas creencias podrían convivir? Mike Cahill se lo ha planteado, lo ha reflexionado y lo ha plasmado en el film I Origins de manera brillante desde el primer minuto.

Ian, el protagonista, es un científico que investiga sobre la evolución del ojo humano para demostrar que no existió intervención divina en su creación, y dado que le fascina su belleza, se dedica en sus ratos libres a fotografiar los ojos de la gente. “El ojo humano es una muy bella, interesante e irresistible pieza de arte. Si las miras muy de cerca parece un espacio nebuloso, un planeta, un paisaje único. Son únicos, son tu esencia. Cada persona individual tiene sus propios ojos“, afirma el director Mike Cahill en una entrevista.

I Origins (2)

De esta forma, Ian conoce a una chica muy enigmática por la noche en una fiesta de Hallowen. Ella va totalmente cubierta dejando solo al descubierto sus hermosos ojos, los cuáles cobran vida cuando Ian los fotografía.

Desde ese día, Ian no vuelve a ver a la chica y la única forma de conexión a ella es a través de la fotografía de sus especiales ojos con heterocromía central.

Sin embargo, algo cambia en el joven científico desde que la conoce. Algo que el director sabe transmitir de forma sutil y cómica cuando Ian le habla a su mejor amigo y compañero de laboratorio Kevin, sobre la chica que conoció en la fiesta:¿Alguna vez al conocer a alguien has sentido que ha llenado un agujero dentro de ti y que al marcharse sientes un espacio dolorosamente vacío?  a lo que el amigo le contesta: ¿te encuentras bien? Te has puesto en plan poético.

De repente, un día cualquiera, el protagonista empieza a ver el número 11 en todo lo que le rodea y el hecho de seguir estos números le lleva a encontrar un cartel de publicidad, con los ojos de la chica. Así, encontramos el primer detalle del director, en el que el científico vive una experiencia espiritual, pero que él aun no va a aceptar, y es que ha sido el destino el que le ha llevado a ella. De hecho, aunque Ian intenta buscarla a través del anuncio y la identifica como Sofi Elizondo, finalmente la encuentra por casualidad, en el metro.

Ya desde el principio, la relación de ambos es algo fuera de lo común. Ella es una chica espiritual, que tiene fe ciega en que hay una divinidad. Además es una chica muy espontánea y posee todas las características opuestas a Ian. Sin embargo, Ian no puede evitar enamorarse de ella y viceversa. Entonces, si una creyente y un científico se pueden enamorar y complementarse, ¿por qué no podría hacerlo la ciencia con la religión?

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Llega un momento en que el amor entre ambos es tan profundo que deciden casarse, pero unos minutos después, algo se lo impediría. Aun así, Sofi le aclara a Ian que ellos están casados en el mundo espiritual, algo que el científico nunca habría compartido, aunque curiosamente entonces lo acepta e incluso le sigue el juego en su ámbito científico diciéndole que ellos ya estaban casados desde el Big Bang, porque sus átomos chocaron en el momento del colapso.

Tras este intento de boda fallido, tiene lugar un suceso muy trágico, un suceso que el director sabe plasmar a la perfección, tanto en sonido como en imagen. La muerte de Sofi.

La protagonista, muere de forma brutal cuando el ascensor en el que iban ella e Ian se avería. (No olviden el detalle del ascensor, será algo imprescindible para el desenlace).

7 años más tarde de esto, Ian está casado con su compañera de laboratorio, Karen, y ambos consiguen descubrir y demostrar el origen genético del ojo humano, sin necesidad de intervención divina.

Sin embargo, Ian no puede evitar dejar de pensar en Sofi, incluso llegando a masturbarse sin parar de pensar en ella. De esta forma, el director muestra cómo a pesar de que la ciencia siempre será su creencia, Ian desde que conoció la espiritualidad, no la puede olvidar. Desde que la espiritualidad no está en su vida, no se siente completo. Así podríamos reflexionar, ¿está completa nuestra vida cuando decidimos descartar una creencia por creerla incompatible con la otra? El desenlace lo descubrirá, al menos para nuestro protagonista.

Tras el nacimiento del hijo de Karen e Ian y el escaneo de la biométrica de su iris (algo único en cada persona), se dan cuenta de que hay otra persona, ya fallecida, que tenía el mismo iris que su hijo. Este acontecimiento a su vez, les lleva a descubrir que hay una niña en la india, nacida tras la muerte de Sofi, que también tiene su mismo iris. De esta forma, Mike Cahill representa de manera impecable el concepto de la reencarnación, un concepto inconcebible para los científicos pero, ¿lo sería para Ian?

Este descubrimiento, es un paso agigantado hacia la espiritualidad en Ian, aunque aun sigue reacio a pensar que algo divino pueda existir.

Una vez allí (sólo Ian, dejando atrás a Karen que le espera en su casa), tras varios días de búsqueda, consigue encontrar a Salomina, la niña con el mismo iris que Sofi. Tras llevarla a su habitación de hotel, le hace un test en el que intentan comprobar si hay una conexión entre el iris y el cerebro, es decir, si realmente Sofi se ha reencarnado en Salomina. El resultado del test dice que hay un 44% de coincidencia, es decir, un poco por encima del azar, pero por un margen insignificante.

Sin embargo, a pesar de que los científicos, incluido el protagonista, solo creen en las pruebas irrefutables, lo que ocurre a continuación en la película rompe todos los esquemas de Ian, y le hace cruzar el umbral del escepticismo, para creer en algo más.
Salomina espera el ascensor con Ian. Cuando la puerta del ascensor se abre, la pequeña cambia el gesto de su rostro y se torna angustiado. A los pocos segundos comienza a llorar desconsoladamente, asustada. Abraza instintivamente a Ian gritando “No no no, no quiero ir”, y entonces él se da cuenta. Es ella. Sofi está en la niña. La niña teme el ascensor. Sofi murió en el ascensor.

Un final sencillo pero a la vez impactante, que concluye además con la salida de Ian (ciencia) junto a Salomina (espiritualidad) por la puerta del hotel, una puerta hacia la luz.

El científico no deja a un lado sus creencias, pero tampoco rechaza las de Sofi. Ian termina por creer, tanto en la ciencia, como en la religión.

La ciencia y la religión de la mano, ¿sería posible para nosotros?

Para terminar, ponemos una escena de la película, en la que el director engloba de forma elegante todo lo hablado anteriormente. (Dado que está en inglés, podéis ver el diálogo en la parte inferior, pero no os perdáis las imágenes, son hermosas y además son un pequeño ejemplo del gran trabajo que hacen los actores en esta película, el cual es imprescindible para el resultado de la misma):

Priya Varma: Doctor Gray, ¿es usted religioso?

Ian: ¿Que si soy religioso? Creía que me había investigado. No soy religioso.

Priya Varma: ¿Por qué no?

Ian: La religión se basa en unas escrituras plasmadas por el hombre hace miles de años, esas creencias no se pueden cambiar o cuestionar, son fijas. En la ciencia hay grandes pensadores que han escritos cosas hace muchos años, pero cada generación las perfecciona. Las palabras no son sagradas. Einstein fue un hombre brillante pero no es nuestro Dios. Es un paso más en la evolución del conocimiento, pero seguimos dando pasos hacia delante. 

Priya Varma: ¿Sabe? Una vez un científico le preguntó al Dalai Lama, ¿qué haría usted si una prueba científica probase que sus creencias religiosas son falsas? Y tras pensarlo mucho contestó que miraría todos los escritos, todas las investigaciones e intentaría entenderlo todo. Y si al final quedase claro que la evidencia científica probase que mis creencias espirituales son erróneas, entonces cambiaría mis creencias. 

Ian: Buena respuesta

Priya Varma: Ian, ¿qué haría si algo espiritual contradijese tus creencias científicas?

(Ian no responde a la pregunta de forma verbal, porque el director deja su respuesta para ese final en el que las imágenes la plasman).

(https://focoaloinvisible.wordpress.com/peliculas/i-origins/analisis-y-reflexiones/)

SIMBOLOGÍA Y METÁFORAS

En esta entrada, hablaremos sobre las metáforas y símbolos que Mike Cahill ha ido dejando sutilmente en el film y que quizás, algunas de ellas, no tan evidentes como otras, nos muestran lo brillante que es el director a la hora de plasmar las ideas en la película, haciendo que en tan solo unos minutos, gracias a las imágenes y los detalles que hay en ellas, se transmitan.

Desde el primer minuto de la película, las imágenes son muy seductoras. Se presentan diversas imágenes de diferentes ojos con sus pupilas, iris y sobre todo cuerpo ciliar, bien definidos, mostrando una imagen preciosa de algo que realmente los seres humanos no podemos apreciar. Y es así cómo el director plasma la primera metáfora del film, el ojo como universo propio. Ese cuerpo ciliar semejante a la nebulosa del universo y que hace que por lo tanto se vea el ojo como algo único.

Tras esta primera secuela, aparece la simbología del número 11. En principio podemos tomarlo como un número casual, que simplemente quiere transmitir la idea de que el destino existe. Sin embargo, el director ha querido llegar mucho más allá y no dejar ningún cabo suelto, poniendo el número 11, por un motivo concreto. Tras varias investigaciones, podemos concluir que el número 11 no es un número cualquiera.

Por una parte, el número 11 tiene duplicados los rasgos y la personalidad del número 1 y cuando se lo reduce (11 = 1 +1 = 2) se convierte en un 2, combinando de esta forma la más potente energía masculina (la del 1, Zeus) con la energía femenina igualmente potente (la del 2, Hera). Si se tiene en cuenta que el 1 y el 2 están en los extremos opuestos del espectro de la energía, (la creatividad del 1 y la receptividad del 2) y la combinación de esos atributos eclipsa a todos los demás caracteres asignados a los números del 3 al 9. Incluso todo eso no revela la verdadera esencia del número maestro 11 que representa el potencial de empujar los límites de la experiencia humana hasta el nivel más alto de la percepción espiritual, donde se efectúa el vínculo entre lo mortal y lo inmortal, entre el hombre y el espíritu, entre la oscuridad y la luz, la ignorancia y la iluminación.(http://www.adivinario.com/numerologia_40_numeros_maestros.php)

Por otra parte, el número 11 podría referirse al camino de la iluminación espiritual y a menudo tienen una comprensión instintiva de cuestiones metafísicas.(http://numerologiasignificado.com/maestro-de-camino-de-vida-numero-11/)

7. National Geographic

De esta forma, aunque todo esto son teorías, nos demuestran que el director no pone el número 11 de forma arbitraria , sino que todo tiene un motivo.

Dejando la simbología de los números a un lado, nos trasladamos a la escena del bar dónde Ian espera a ver si Sofi aparece (Café NY 11211). En la pared, colocado de forma sutil y efímera podemos observar un cuadro con la famosa portada de National Geographic de la niña de los ojos verdes.

Si sois curiosos, os dejo el enlace al motivo de por qué esta fotografía aparece en el film. Sólo diremos que esta niña, fue identificada muchos años más tarde, a través de la comparación del iris entre ambas fotografías, la de la niña y la de la mujer ya adulta.(http://internacional.elpais.com/internacional/2002/03/13/actualidad/1015974004_850215.html)

Por otra lado, los detalles siguen apareciendo a lo largo del film. Por ejemplo, cuando Ian ve a Sofi en el metro, a través del símbolo de un infinito, o cuando están conociéndose en el bar tras salir del metro y Sofi juguetea con un colgante que tiene del ojo de Horus. Esto último tampoco es casual, porque el ojo de Horus puede tener dos significados, los cuales nos valen ambos para plasmar otras de las muchas ideas que aparecen en el film: 

El Ojo de Horus puede tener dos significados, dependiendo de cual de los dos ojos sea (izquierdo o derecho) el que se representa.

El ojo derecho es el que representa el sol y la luz (no olvidéis este detalle que será muy importante en la película), por lo que también es conocido como “Ojo de Rá”, es sin duda el más conocido ya que en el antiguo Egipto era el amuleto más poderoso.

Como encarnación del sol, el ojo derecho poseía más poderes que el izquierdo ya que Rá era el dios más poderoso de la mitología Egipcia.

El ojo izquierdo representaba a la luna y la sombra.

Seguido de esto y con relación a la representación del sol y la luz en Sofi, cuando están ella e Ian tumbados en la cama hablando de trivialidades, hay un momento en el que ella le muestra la puerta entreabierta de la habitación y le dice que al otro lado hay luz, y aunque él intenta cerrarla por miedo, tiene que encontrar la manera de abrirla por sí mismo. Esta es una gran metáfora sobre el paso a creer en la espiritualidad, y es una metáfora que seguirá presente hasta el desenlace del film.

Otra de las metáforas que se presentan de forma brillante en la película es una que la misma Sofi dice, comparando la ceguera de los gusanos que pueden mutar para conocer la luz, la cual ya existía pero ellos no veían, con el escepticismo de Ian. Porque Dios es invisible para nosotros, pero quizás habría que mutar para saber que está ahí, al igual que mutan los gusanos para ver una luz que sabemos que existe pero ellos nunca han podido verhttps://www.youtube.com/watch?v=r528MmONBnY

En esta misma escena, da la casualidad (para Mike Cahill las casualidades no tiene cabida en este film), de que le cae un líquido a Ian en los ojos y se queda ciego por unos instantes, teniendo que utilizar una venda que le cubra. Así, a continuación de esto, ya en la escena del ascensor, a Ian “se le cae la venda de los ojos”, aunque en este momento de forma literal, pero a partir de entonces de forma metafórica tras la muerte de Sofi hasta el final de la película.

Para finalizar, nos trasladamos al desenlace en la India. De forma efímera aparece la figura de un “hombre del señor”, el cual conoce Ian en el ascensor, pero que pocos minutos después, lo vemos de refilón en la puerta del ascensor, evitando que Ian y Salomina puedan cogerlo y tengan que subir por las escaleras para ir a la habitación de hotel, ¿casualidad? Seguramente no.

Este hecho, hace que posteriormente, Salomina e Ian esperen el ascensor por primera vez, y tenga lugar la escena clave en la que Ian cruza el umbral del escepticismo, y enlazando con la metáfora de la puerta dicha anteriormente, Ian finalmente cruza la puerta hacia la luz con Salomina de la mano. Tal y como Sofi le dijo, tenía que perder el miedo a cruzar la puerta hacia la luz, y tenía que hacerlo por si mismo.

De esta forma, con un acompañamiento musical perfecto, tiene lugar el desenlace de una película brillante.

(https://focoaloinvisible.wordpress.com/peliculas/i-origins/simbologia-y-metaforas/)

 

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